Está cerca de los dos años y su vida va a cambiar.

Comienza una nueva etapa en la que el pequeño va a experimentar un gran desarrollo físico y psíquico.

Es momento de llevarle al pediatra para someterle a una revisión completa y comprobar que todo va bien.

El objetivo es controlar su desarrollo y cerciorarse de que está creciendo perfectamente para que siga haciéndolo de forma saludable.

Desarrollo psicomotor: Se explora la motilidad gruesa (si anda bien, salta, empuja una puerta.
) y la fina (si es capaz de hacer una pinza con los dedos, girar el pomo de una puerta, colocar unas piezas encima de otras.

A esta edad los niños ya caminan, corren, suben y bajan escalones.
También sujetan objetos y los dirigen hacia el punto que quieren (la cuchara a la boca, por ejemplo).
El pediatra entre otras cosas comprueba.

Talla y peso: Después de medir y pesar al pequeño, los resultados se trasladan a las gráficas de las curvas de crecimiento, donde se tendrá en cuenta el sexo para determinar un percentil.
Pero para valorar si el niño está creciendo correctamente, ese dato necesita acompañarse de otros: también se comprueba su peso al nacer, la herencia genética y la evolución que haya experimentado en este tiempo.

Una vez revisadas las cifras, por regla general se considera que si el niño se encuentra entre el percentil 3 y el 97 tiene un crecimiento normal (a no ser que se haya mantenido siempre en un determinado percentil y ahora pase repentinamente a otro, lo que puede indicar problemas de obesidad o desnutrición).

Vista y oído: El pediatra examina los ojos del niño y descarta estrabismos.
Además, habitualmente pregunta a los padres si guiña o entorna los ojos en exceso, si le cuesta fijar la vista, si tiene conjuntivitis con frecuencia.

Algunos pediatras realizan un examen más exhaustivo con unas láminas en las que el pequeño debe reconocer dibujos.
En cualquier caso, la visión del niño a esta edad aún no está desarrolladla por completo (hasta los 5 años no alcanzará el 100% de agudeza visual).
Respecto a la audición, generalmente el pediatra comprueba que el pequeño percibe el volumen y el tono.

Si observara que puede tener una pérdida de audición, lo derivará al otorrino, ya que su capacidad auditiva debería ser similar a la del adulto.

Sistema urinario: Aunque hasta los tres años muchos usan pañal, a esta edad el aumento del volumen de la vejiga les permite empezar a contenerse (aunque no siempre).

De ahí que el pediatra recomiende a los padres que vayan acostumbrando al niño a ir al baño cuando tenga ganas de hacer pis o caca, sobre todo durante el día, que es cuando él es capaz de controlar más los esfínteres, sobre todo a la hora de hacer caca.

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